miércoles, 9 de mayo de 2018

La foto de Aylan

Yo me creía inmune a toda la basura que nos invade cada día al abrir el periódico o encender la televisión o el ordenador, pero ahora sé que aún me quedan sentimientos. Me trajeron a esta "casa de reposo" en estado de shock cuando vi la foto de aquel niño sirio, Aylan, ahogado en la playa de Turquía. Me fulminó de repente, fue en Google buscando algo, pulsé sin querer en "últimas noticias". El conductor detuvo el autobús hasta que me repuse del desvanecimiento. Querer saber cómo va el mundo es un suicidio progresivo, vas muriendo poco a poco. Sin percatarte vas matando el corazón, lo vas volviendo insensible al dolor, a la desgracia, a la tragedia, a la muerte de tus semejantes, vas extirpando uno a uno tus sensores de compasión hasta que no percibes nada, hasta que no te afecta lo que ves, lo que conoces e incluso, en el peor de los casos, llegas a reírte de algún chiste de cualquier colectivo susceptible de ser menospreciado.
Mi psiquiatra me tiene prohibido ver las noticias, especialmente durante la comida. Aduce que existen poderosas razones para considerarlo el factor desencadenante de todos los males que me aquejan, incluidas las náuseas permanentes.
Por cierto, Toby, ¿cuánto llevas aquí?,¿mamá te trajo a verme? Quizás no debería seguir hablando contigo. Me miras sin contestarme. Sé lo que piensas pero, lo siento amigo, aunque quisiera, no puedo adoptar también a tus compañeros. Enterarme en Facebook de aquella espantosa crueldad no me hace capaz de cuidar de todos esos galgos abandonados y maltratados, me fallan mis sensores y mis fuerzas.

©M. J. Triguero 2018. Foto de Internet